viernes, 1 de octubre de 2010

Un dulce amor…


(La imágen, evidentemente, es sólo ilustrativa)



A Abrilita, por seguirme contenta en mi exposición!!!



Si se me dijera que uno esta solamente lastrándose una golosina, entonces me dejaría sin posibilidades de defenderme… Pero habiendo tantas le perdono la mayoría, casi todas. Pero no ésta, no. Esta no!
De chico he tenido una adicción, una única adicción. Al Bon o Bon negro… La cosa resultaba sencilla, quien me conoce, la conoce. Yo compraba al volver del colegio mi tanda de 6 Bon o Bones que cotizaban a un valor de 6 por 1 peso… Me sigue??? 6 de a peso!!!! No existía!!! Era lo que comúnmente se llama una bicoca! Claro que si andaba acompañado no iba a negarle, al que me siguiera, convidarle con uno. Pero lejos de darle uno de los 6 que correspondían a mi ración diaria, le ofrecía comprarle cuantos él quisiese. Pero de ningún modo le daría uno de los que me correspondían!
Ahora me han traído al recuerdo mis tiempos idos… de amores genuinos, de ratos compartidos. Pero es justo que exponga aquí una teoría que de tanto defenderla hasta he llegado al encono… A considerar traidores a quienes lo hacían, a tomarlos como carentes de afecto!
Porque al Bon o Bon, mis queridos todos, no se lo come de un tirón, como quien se clava una palmerita, o un scon, que le hunde los dientes al medio sin ponerse colorado… No, mi amigo. Eso esta bien para las cosas que no están hechas con amor. Pero el Bon o Bon esta hecho con manos amigables, con un amor genuino, inalcanzable…
Se lo debe tratar con cuidado. Se lo pela de su envoltorio, para luego tomarlo entre el dedo índice totalmente doblado, como quien le finge a un niño que se lo han cortado, mientras con la yema del dedo gordo lo vamos girando y presionando suavemente por el centro, con la esperanza de que en su interior no esté pegado a las paredes de la nunca bien ponderada capa de oblea y, de este modo, poder obtener el bien llamado CORAZÓN para poder saborearlo, sólo cuando ya se han comido sus capas una a una. Me explico? Pero de ningún modo le puedo permitir que le hunda el comedor al centro!!! Que eso no se hace!!!
Por último y para dejar expuesta toda mi teoría en una sola frase, le dejaré un pensamiento eterno:


“Quien muerde un Bon o Bon al medio, no conoce de caricias”



Pd: Sería un orgullo que fuera nick!

3 comentarios:

male mandarina dijo...

ajajajajajaj es muy cierto ;)

invisible dijo...

quiero un bonobonnnnnn

invisible dijo...

Fabito! El título numérico es el aproximado de noches que viví, jaja! Igual si querés leer algo más podés pasar por mi otro blog, el de ohmujersideral :) Un beso grande.